Hace ya casi dos años, dentro de una de las entregas de la colección de singles «New adventures in pop» del sello Elefant, nos sorprendía un grupo neoyorquino llamado Onward chariots, con un magnífico single que se colaba en nuestra lista de los mejores discos de 2010 con cuatro canciones chispeantes, hechas a base de un pop de armonías vocales que nos hacían recordar a grandes favoritos del Octopus como Apples in Stereo o Teenage fanclub.
A lo largo de este 2012, Onward chariots han dado fin a su disco de debut, «This is my confesion«. En él siguen situándose entre el buen rollo surf y la elegancia innata del pop británico (ellos se confiesan de New York, pero creo que mienten… ¡son de Glasgow!), pero van mucho más allá. «This is my confesion» es un disco con múltiples caras, múltiples sonidos y que explora distintos caminos, siempre dentro del pop de agradables melodías y haciendo uso de sus característicos juegos vocales. Desde el sonido Quadrophenia de las diversas partes de la canción «This is my confesion», hasta la melodía romántica de «Stay», pasando por el surfpop de «Mel Gibson», la energía de «I want everything» y la diversión dance de «Get me out of this party», el debut largo de Onward chariots pone las pilas, arranca sonrisas y mejora el tono corporal. En el interior, una trama argumental une las 16 canciones del disco: un chico conoce a una chica, se enamora, pero a ella le cuentan cosas turbias sobre el pasado del muchacho, así que él se confiesa. ¿Será capaz de reconquistarla con la verdad?
A nosotros, este disco sí que nos ha conquistado. Deberían encontrar sello cuanto antes y ver este «This is my confesion» en las tiendas. Mientras, recuperamos su video para «Save me, Maryann», otra maravilla de los chicos de Ben Morss.
El jardin de Octopus 