Entrevista – El palacio de Linares

Cuando volví a tener la intención de publicar entrevistas en el Octopus uno de los primeros nombres que me vinieron a la cabeza fueron El palacio de Linares. Coincidió además que publicaron en esos días su segundo largo, «Largos agotadores», con lo que todas las piezas iban encajando.

El palacio es uno de nuestros grupos nacionales preferidos. Desde aquel single con Elefant y esa canción de brillo tan cegador que es «Himalaya», hasta su continuación en «La casa es negra», y llegando a su fructífera relación con Pretty Olivia Records y los dos discos largos editados bajo su paraguas. Así que nos lanzamos a buscar la manera de hablar con Gonzalo, su cabeza pensante, y tras algunas impertinencias y retrasos por mi parte tenemos ya preparada la entrevista. Espero que os guste.

 

En los distintos discos de la trayectoria del Palacio cuento hasta 9 personas distintas. Creo que debemos empezar por el principio: ¿cuál es la formación actual de El palacio de Linares y cual es el grado de participación de cada uno?

Actualmente somos Raúl (desde Pamplona, también en Nuevos Hobbies), Javi (desde Berlín, ex-Mittens, Wild Honey y otros), Carlos (desde Madrid) y yo, Gonzalo (desde Madrid también). Yo escribo letras, Raúl las convierte en canciones, todos aportamos ideas y al final del proceso me guardo yo un par de días para hacer y deshacer en el estudio con Yon, el productor de nuestros últimos dos discos largos.

Además de los cambios de formación, otra constante a lo largo de la vida del grupo han sido los múltiples cambios de sello. ¿Cuál es la dificultad a la hora de mantener el trabajo con un sello en el ámbito en el que se mueve el grupo?

Creo que este cambio constante no tiene tanto que ver con dificultades con los sellos, sino con la situación en la que se encuentra el sector. Yo mismo tengo un sello, y es más que evidente que, al menos en nuestros estilos, hay mucha más oferta que demanda. Igual es solo una sensación, pero siento que cada vez hay más sellos, que cada vez se editan más discos y que cada vez se compra menos. Si a eso le sumamos que solemos estar en sellos con funcionamiento amateur (no lo digo para nada de forma peyorativa), y que somos un grupo que tocamos muy poco en directo, que tampoco es que seamos muy jóvenes, y que no hacemos música demasiado cool, pues más o menos ahí tienes todos los ingredientes para una situación siempre inestable.

Más constantes a lo largo de la trayectoria de El palacio de Linares: Gonzalo Marcos, autor de las letras. ¿Es quizás El palacio de Linares el camino para desarrollar tu trabajo literario?

Hum, tanto como trabajo literario… La verdad es que nunca tuve inquietudes en este sentido, pero cuando empezamos a hacer canciones alguien tenía que escribir letras y me lancé yo. Ahora me parece un ejercicio sanísimo y agradecido: de vez en cuando me viene una idea, la escribo rápido y sé que Raúl la va a vestir requetebien.

Al mantenerse un mismo y único letrista a lo largo de todos los trabajos del grupo, creo que las letras se han acabado convirtiendo en la principal seña de identidad de la banda. Teniendo en cuenta además que son letras enormemente reconocibles y con muchos elementos que se han mantenido desde el primer EP al último largo. Una de las características que más llama la atención es que hay un gran número de palabras (y referencias) que estoy seguro de que no se han utilizado nunca en ninguna otra canción, sea en castellano o en cualquier otro idioma. ¿Qué es lo que quieres contar en tus letras?

No siempre nosotros hemos sido así, porque al principio no teníamos ni idea de nada y hacíamos un poco lo que salía, pero a mí siempre me han gustado los grupos reconocibles, que me contaban una historia tranquila y coherente. Esto aplica tanto a letras como a sonido, claro.

Las letras siempre resultan de intentar contar lo que tienes dentro, cómo te sientes, pero siempre pasando por un montón de filtros inconscientes que nos ponemos, por pudor, por no molestar a personas cercanas, a las empresas en las que trabajamos… Y a mí que esto sea así me gusta, porque suelen surgir historias más inciertas y sugestivas.

Algunas referencias musicales que citais son The feelies, Go-betweens, el pop escocés… Te apunto otras dos y dime si estás de acuerdo: Patrullero Mancuso en las letras, y Buddy Holly en lo musical (creo que hay mucho del rock básico de Buddy en la manera de tratar las melodías). ¿Os habían aparecido alguna vez?

Lo de Patrullero Mancuso nos lo dicen desde el principio y creo que tiene sentido, aunque ellos son más gamberros que nosotros, me parece.

Lo de Buddy Holly te lo compro sí o sí. Viva Buddy Holly, leñe.

¿Qué versiones hacéis en los conciertos? ¿Tenéis previsión de grabar alguna más aparte de la de «Es mi fiesta»?

Últimamente no hacemos ninguna porque no tenemos tiempo para prepararlas con tanta dispersión geográfica. Eso sí, además de “Es mi fiesta”, hemos grabado un par más, de Barna Howard (“Prometo no reír”) y de Ben Kweller (“Lo que me gusta hacer”).

Por último, elige un video para ilustrar esta entrevista. ¿Por qué lo has elegido?

Elijo el vídeo de “El Estilo”, que es la canción más abiertamente pop del último disco. Creo que el vídeo, de Pablo García Canga, acompaña muy bien a la música y el texto, con presupuesto cero y hecho en una fría tarde tonta.

 

Pues nada, ahí recuperamos el video de «El estilo». Gracias a Gonzalo por su amabilidad y predisposición y larga vida a El palacio de Linares.

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