El trabajo reciente de Gonzalo Marcos en los últimos meses es digno de estudio. No contento con presentar el nuevo disco de El palacio de Linares (segundo largo desde su debut con Pretty Olivia en 2016), no contento con poner en marcha el proyecto Bobo integral, hace doblete discográfico y publica, en el mismo día, otro debut en disco largo, el «Dead calm» de The boys with the perpetual nervousness.
El proyecto, un dúo formado por Gonzalo y por el veterano Andrew Taylor de Dropkick (¿veterano? ¡Quizá tengan la misma edad!), ya publicó una canción de presentación en un pequeño single del sello. Cantado por el propio Andrew, el pop clásico y de sabor absolutamente escocés, fue grabado en unas pocas sesiones y refleja por tanto la espontaneidad y el buen hacer de dos músicos que saben qué tienen entre manos, que saben lo que quieren hacer y que saben que lo que quieren hacer es sencillo y a la vez enormemente complicado. Lleno de guitarras vibrantes y de deliciosos coros, «Dead calm» puebla ese lugar común de todos los que somos amantes del pop con denominación de origen: Edimburgo, Melbourne, San Francisco… El pop parece muy sencillo cuando está bien hecho y en este caso ejemplos como «Close the door», «Nervous man», «Runaway» o «Start it again» lo demuestran.
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